Aceite Esencial de Lavanda para el alivio del Dolor

El aceite esencial de lavanda (LEO, por sus siglas en inglés) ha demostrado ser útil para aliviar el dolor en humanos, pero los mecanismos neuronales subyacentes hasta ahora permanecían desconocidos.

En el estudio A neural circuit for lavender-essential-oil-induced antinociception , Yang et al. (2024) buscaron resolver este misterio estudiando los efectos a nivel cerebral que ocurren tras la exposición por inhalación.

Los investigadores realizaron un estudio en ratones con dolor inflamatorio (inducido experimentalmente) y expuestos a inhalación de aceite esencial de lavanda (0.1%). Lo que descubrieron es que la lavanda activa un circuito neuronal entre la aPir y la IC que ayuda a aliviar el dolor.

Corteza piriforme anterior (aPir): Esta área del cerebro se encarga principalmente del procesamiento de la información sensorial relacionada con el olfato. Es decir, cuando olemos algo, la aPir es una de las zonas que ayuda a interpretar ese olor.

Corteza insular (IC): La IC está implicada en varias funciones importantes, entre ellas la percepción del dolor, el procesamiento de emociones, y la conciencia del estado físico del cuerpo.

La inhalación de aceite esencial de lavanda activa este circuito, inhibiendo la actividad de neuronas glutamatérgicas de la corteza insular que están demasiado excitadas durante el dolor, especialmente el inflamatorio.

Utilizando optogenética y quimiogenética, los investigadores pudieron activar o inhibir este circuito de manera controlada. Cuando se activaba esta vía neuronal, los ratones experimentaban un alivio del dolor similar al que se observa con la inhalación del aceite de lavanda. Por otro lado, si se inhibía artificialmente la función de las neuronas glutamatérgicas de aPir, el efecto analgésico de la lavanda desaparecía, lo que demuestra que esta vía es crucial para el efecto antinociceptivo del aceite.

Este estudio demuestra que el aceite esencial de lavanda alivia el dolor inflamatorio a través de una red de comunicación neuronal entre la corteza piriforme anterior y la corteza insular, que modula la actividad neuronal relacionada con el dolor.

Los autores sugieren que los hallazgos podrían abrir nuevas vías para la aromaterapia en el manejo del dolor, destacando el potencial del LEO como una opción terapéutica no invasiva.

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